Buenas, como se habrá podido notar llevo un tiempo inactivo por los viajes del verano y de eso os vengo a hablar en este post.
Como todos los chavales de 19 años mis colegas y yo miramos una casa en Booking para ir unos días a cualquier pueblo y liarla por ahí, al final salió un pueblo de Extremadura. Era ya el segundo día (de 6 que nos íbamos a quedar), habíamos bebido y fumado bastante en la casa y ya era hora de salir fuera a ver qué se meneaba por las calles. Llegamos a un parque donde habían unos 25-30 chavales, nosotros eramos 8 (faltaban 5 que se habían quedado de sema en la casa), nos sentamos en unos bancos alejados de ellos y a mi colega y a mí no se nos ocurre otra cosa que preguntarles por perico (para mi colega) y marihuana (para mí), nos dijeron que estaba jodido conseguir marihuana para esa noche y que sería para el siguiente día. Respecto al perico, derrepente llegó el chaval que tenía el contacto y nos dijo que sí había pero que teníamos que darle la pasta primero (60€) y luego nos lo traía (coño, hay que ser gilipollas para dárselo) y adivinad qué, mi colega se la dió.
Llevábamos ya un rato bastante largo esperando con dos de los suyos sentados con nosotros, de pronto empezaron a agruparse todos alrededor nuestro y empezaron a dar tibiazos a unos palos de madera para intentar "intimidarnos". Empezaron a rayar a un colega que estaba sentado a mi lado en el banco preguntándole que qué tenía en la cartera, y a la que escuché eso le dije a los chavales que le dejasen en paz, luego lo mismo conmigo (tendría unos 170-180€, el dinero del viaje), que les enseñase la cartera y bla bla, yo, en un acto de máxima lucidez, me hice el loco y no sé por qué les dije que tenía una cajeta y que si querían un cigarro y se olvidaron completamente de la cartera.
Después de un BUEN rato aguantando múltiples gilipolleces por su parte, llegó el del perico, y no nos trajo nada pero nos devolvió el dinero (un tío honrado, no formaba parte del grupo original). De la que nos estábamos yendo nos dimos cuenta que los chavales nos estaban siguiendo hacia la casa y salimos corriendo para que no la ubicasen e hiciesen cualquier cosa. Yo me separé del grupo y me quedé solo, me tuve que esconder cerca de la casa para que no me viesen porque estaban dando vueltas por los alrededores.
Esperé un poco y corrí hasta llegar a la puerta para que me abriesen mis colegas. Entré y estábamos todos en la terraza (que daba a la calle) y nos empezamos a insultar con los chavales del parque, la cosa se fue calentando y comenzaron a tirar piedras, uno de mis colegas les lanzó una botella que casi le abre la cabeza a uno de los suyos, lo que calentó AÚN MAS la cosa. Intentaron entrar por la terraza trasera pero les estábamos esperando con palos y se cagaron. Minutos más tarde intentaron tumbar la puerta principal, me tuve que quedar aguantándola como un cabrón con palo en mano, y de la que estoy apoyado en la puerta intentado que no caiga... ¡PUM! me cae un pedrolo al lado, habían reventado la cristalera de la puerta pero no se atrevieron a entrar los maricones.
Con suerte y la gracia de Dios, si es que existe, nadie salió herido y los chavales no se volvieron a pasar por la casa (menos mal, porque podrían habernos hecho un ocho).
Y al día siguiente con la resaca y la muerte de haber estado a punto de matarte a pedradas nos despierta el dueño de la casa poniéndonos a caldo con la guardia civil.
Y esta es una de unas cuantas historias de los viajes.
Salu2.
Como todos los chavales de 19 años mis colegas y yo miramos una casa en Booking para ir unos días a cualquier pueblo y liarla por ahí, al final salió un pueblo de Extremadura. Era ya el segundo día (de 6 que nos íbamos a quedar), habíamos bebido y fumado bastante en la casa y ya era hora de salir fuera a ver qué se meneaba por las calles. Llegamos a un parque donde habían unos 25-30 chavales, nosotros eramos 8 (faltaban 5 que se habían quedado de sema en la casa), nos sentamos en unos bancos alejados de ellos y a mi colega y a mí no se nos ocurre otra cosa que preguntarles por perico (para mi colega) y marihuana (para mí), nos dijeron que estaba jodido conseguir marihuana para esa noche y que sería para el siguiente día. Respecto al perico, derrepente llegó el chaval que tenía el contacto y nos dijo que sí había pero que teníamos que darle la pasta primero (60€) y luego nos lo traía (coño, hay que ser gilipollas para dárselo) y adivinad qué, mi colega se la dió.
Llevábamos ya un rato bastante largo esperando con dos de los suyos sentados con nosotros, de pronto empezaron a agruparse todos alrededor nuestro y empezaron a dar tibiazos a unos palos de madera para intentar "intimidarnos". Empezaron a rayar a un colega que estaba sentado a mi lado en el banco preguntándole que qué tenía en la cartera, y a la que escuché eso le dije a los chavales que le dejasen en paz, luego lo mismo conmigo (tendría unos 170-180€, el dinero del viaje), que les enseñase la cartera y bla bla, yo, en un acto de máxima lucidez, me hice el loco y no sé por qué les dije que tenía una cajeta y que si querían un cigarro y se olvidaron completamente de la cartera.
Después de un BUEN rato aguantando múltiples gilipolleces por su parte, llegó el del perico, y no nos trajo nada pero nos devolvió el dinero (un tío honrado, no formaba parte del grupo original). De la que nos estábamos yendo nos dimos cuenta que los chavales nos estaban siguiendo hacia la casa y salimos corriendo para que no la ubicasen e hiciesen cualquier cosa. Yo me separé del grupo y me quedé solo, me tuve que esconder cerca de la casa para que no me viesen porque estaban dando vueltas por los alrededores.
Esperé un poco y corrí hasta llegar a la puerta para que me abriesen mis colegas. Entré y estábamos todos en la terraza (que daba a la calle) y nos empezamos a insultar con los chavales del parque, la cosa se fue calentando y comenzaron a tirar piedras, uno de mis colegas les lanzó una botella que casi le abre la cabeza a uno de los suyos, lo que calentó AÚN MAS la cosa. Intentaron entrar por la terraza trasera pero les estábamos esperando con palos y se cagaron. Minutos más tarde intentaron tumbar la puerta principal, me tuve que quedar aguantándola como un cabrón con palo en mano, y de la que estoy apoyado en la puerta intentado que no caiga... ¡PUM! me cae un pedrolo al lado, habían reventado la cristalera de la puerta pero no se atrevieron a entrar los maricones.
Con suerte y la gracia de Dios, si es que existe, nadie salió herido y los chavales no se volvieron a pasar por la casa (menos mal, porque podrían habernos hecho un ocho).
Y al día siguiente con la resaca y la muerte de haber estado a punto de matarte a pedradas nos despierta el dueño de la casa poniéndonos a caldo con la guardia civil.
Y esta es una de unas cuantas historias de los viajes.
Salu2.